Tienes todo el derecho a ser separatista, no seré yo quien te impida que lo seas, pero me permitirás que te recuerde algunas cosas.
Nacimos en el seno de una familia catalana, cuya lengua era el catalán y que amaba a su tierra. Te acordarás, tú más que yo, pues eres seis años mayor, todos los viajes que hacíamos con nuestros padres por pueblos y villas de Cataluña, visitábamos todos sus rincones, sus plazas, sus iglesias, sus monumentos; te acordarás de las muchas visitas al monasterio de Poblet, de Santes Creus, a Montserrat... y recordarás que en catalán siempre nos enseñaron a amar a España. Nuestros padres eran como otros muchos que, desde su más rabiosa catalanidad, se sentían españoles y así lo trasmitían.
Sabes que en casa había miles de libros, muchos en catalán; te acordarás que nuestro padre era socio del “Club De Lectors Dels Països Catalans" y que en las infinitas estanterías de libros que poblaban nuestra casa podías leer todo aquello que quisieras sin ningún tipo de censura.
En casa se respiraba política, se vivía la política, pero nunca nos inculcaron nada, fuimos nosotros quienes libremente optamos por unas ideas u otras. Recuerda las veces que por la noche los separatistas rascaban y rompían una pegatina que nuestro padre lucía en el coche y que reponía una y otra vez: “Ser español es un honor, ser catalán es un orgullo”. Recuerda las llamadas anónimas donde se le insultaba o decían que habían colocado una bomba en el jardín de casa; acuérdate cuando le pinchaban las ruedas del coche o cuando le pintaron la “estelada” en todo el capó del Ford Fiesta. No olvides que cuando murió nuestro padre, su féretro lo cubría la bandera nacional y el “recordatorio” que se repartió era en catalán, escrito por él mismo, en la lengua que tanto amaba... mientras, unos cuantos separatistas de puño cerrado brindaban con alborozo por su muerte en un restaurante de nuestra villa...
Tú nunca has tenido mis ideas políticas, pero sé que tú no eras separatista, ¡que te han hecho separatista! Sé que gestionar un ayuntamiento no es fácil, sé que te ha tocado una mala época de crisis y de recortes, y que además, heredaste una infame gestión del alcalde anterior. En nuestra casa viste el ejemplo de como gestionar lo público, siempre con sentido común y responsabilidad, tú abuelo, también alcalde, te lo decía. Un mal gobierno de la nación -o muchos- no te pueden no hacer ver, también, un mal gobierno de la Generalitat catalana. Aquí nadie se salva.
No me acabo de imaginar a nuestra madre, que ya sabes lo mal que habla castellano, feliz entre tanta “estelada” adornando la casa en que vive, sabes que para ella España es intocable, tanto como su amor por Cataluña, tanto como el amor a sus hijos.
Tienes todo el derecho a ser separatista, de tener tus ideas, yo tampoco pienso exactamente igual que cuanto tenía 15 años y me decías que estaba obsesionado por la política, pero sabes tan bien como yo que la independencia no es ninguna solución, que lo que nos enseñaron y aprendimos de nuestro padre y de nuestra madre no es eso que defiendes.
El separatismo ha dividido Cataluña... y ha divido familias, nada ni nadie romperá la nuestra, porque nuestros padres nos enseñaron a amarla, tanto como a nuestra patria chica, Cataluña, como a nuestra patria grande, España.
Yo no olvido que siempre has estado ahí, en tu papel de hermano mayor, pero tampoco olvido lo que hemos vivido y aprendido; el día 1 de octubre no me esperes ante ninguna urna, nuestra Historia común, como nos enseñaron, no se vota, se ama y se defiende.
Tu hermano, que te quiere.
Juan Antonio Llopart
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.