sábado, 30 de septiembre de 2017

Carta a mi hermano (Alcalde separatista catalán)

Tienes todo el derecho a ser separatista, no seré yo quien te impida que lo seas, pero me permitirás que te recuerde algunas cosas.

Nacimos en el seno de una familia catalana, cuya lengua era el catalán y que amaba a su tierra. Te acordarás, tú más que yo, pues eres seis años mayor, todos los viajes que hacíamos con nuestros padres por pueblos y villas de Cataluña, visitábamos todos sus rincones, sus plazas, sus iglesias, sus monumentos; te acordarás de las muchas visitas al monasterio de Poblet, de Santes Creus, a Montserrat... y recordarás que en catalán siempre nos enseñaron a amar a España. Nuestros padres eran como otros muchos que, desde su más rabiosa catalanidad, se sentían españoles y así lo trasmitían.

Sabes que en casa había miles de libros, muchos en catalán; te acordarás que nuestro padre era socio del “Club De Lectors Dels Països Catalans" y que en las infinitas estanterías de libros que poblaban nuestra casa podías leer todo aquello que quisieras sin ningún tipo de censura.

En casa se respiraba política, se vivía la política, pero nunca nos inculcaron nada, fuimos nosotros quienes libremente optamos por unas ideas u otras. Recuerda las veces que por la noche los separatistas rascaban y rompían una pegatina que nuestro padre lucía en el coche y que reponía una y otra vez: “Ser español es un honor, ser catalán es un orgullo”. Recuerda las llamadas anónimas donde se le insultaba o decían que habían colocado una bomba en el jardín de casa; acuérdate cuando le pinchaban las ruedas del coche o cuando le pintaron la “estelada” en todo el capó del Ford Fiesta. No olvides que cuando murió nuestro padre, su féretro lo cubría la bandera nacional y el “recordatorio” que se repartió era en catalán, escrito por él mismo, en la lengua que tanto amaba... mientras, unos cuantos separatistas de puño cerrado brindaban con alborozo por su muerte en un restaurante de nuestra villa...

Tú nunca has tenido mis ideas políticas, pero sé que tú no eras separatista, ¡que te han hecho separatista! Sé que gestionar un ayuntamiento no es fácil, sé que te ha tocado una mala época de crisis y de recortes, y que además, heredaste una infame gestión del alcalde anterior. En nuestra casa viste el ejemplo de como gestionar lo público, siempre con sentido común y responsabilidad, tú abuelo, también alcalde, te lo decía. Un mal gobierno de la nación -o muchos- no te pueden no hacer ver, también, un mal gobierno de la Generalitat catalana. Aquí nadie se salva.

No me acabo de imaginar a nuestra madre, que ya sabes lo mal que habla castellano, feliz entre tanta “estelada” adornando la casa en que vive, sabes que para ella España es intocable, tanto como su amor por Cataluña, tanto como el amor a sus hijos.

Tienes todo el derecho a ser separatista, de tener tus ideas, yo tampoco pienso exactamente igual que cuanto tenía 15 años y me decías que estaba obsesionado por la política, pero sabes tan bien como yo que la independencia no es ninguna solución, que lo que nos enseñaron y aprendimos de nuestro padre y de nuestra madre no es eso que defiendes.

El separatismo ha dividido Cataluña... y ha divido familias, nada ni nadie romperá la nuestra, porque nuestros padres nos enseñaron a amarla, tanto como a nuestra patria chica, Cataluña, como a nuestra patria grande, España.

Yo no olvido que siempre has estado ahí, en tu papel de hermano mayor, pero tampoco olvido lo que hemos vivido y aprendido; el día 1 de octubre no me esperes ante ninguna urna, nuestra Historia común, como nos enseñaron, no se vota, se ama y se defiende.

Tu hermano, que te quiere.

Juan Antonio Llopart


viernes, 29 de septiembre de 2017

La Emboscadura - Ernst Jünger PDF


Bien parece que Ernst Jünger pudiera haber escrito esta obra en la actualidad y, con muchas concretas reflexiones, pensando en la situación que atraviesa España. Aunque su pensamiento es universal y atemporal. En el siguiente enlace puedes acceder a la lectura gratuita del libro en PDF:
https://docs.google.com/file/d/0B7aE9WvXakPGWm84eWMwdlZKME0/view

jueves, 28 de septiembre de 2017

Emotivo vídeo Rafael Ripoll sobre la Unidad de España


¡¡¡Comparte, por favor!!! 

El separatismo es insolidario. Es una trampa para los trabajadores, para gente como tú y como yo. El separatismo nos divide y  nos hace más débiles a los intereses económicos y estratégicos de la casta política y capitalista. 

Han creado un campo de batalla para enfrentarnos a los ciudadanos, sólo y exclusivamente en pro de sus intereses. Crean diferencias ficticias entre comunidades hermanas que llevan coexistiendo siglos. Lo peor... es que gracias a su marketing y adoctrinamiento están consiguiendo extender el odio y la ruptura.

Voz de Rafael Ripoll, presidente del partido patriota RESPETO:
http://www.respeto.eu/

miércoles, 27 de septiembre de 2017

30 Sept - Concentración frente a los ayuntamientos de toda España


Es la hora de que se escuche a la España silenciosa.

Convocamos a esa España silenciosa el sábado 30 de septiembre a las 12 horas, frente a los ayuntamientos de todos los pueblos de nuestro país.

Es la hora de que se escuche a la España silenciosa. La España que soporta, con su trabajo y esfuerzo, los desmanes, corrupciones y torpezas de la política. La que tantas veces es ignorada desde las administraciones porque no es amiga de tumultos ni de alborotos.

Ante la situación que los sediciosos golpistas están provocando en Cataluña, -creando la discordia entre compatriotas e incluso entre familias-, y en defensa de los catalanes, y del resto de españoles que ven amenazada su nación, sus derechos y su propia convivencia, se hace tristemente necesario responder en las calles y las plazas de toda la nación.

Convocamos a esa España silenciosa el sábado 30 de septiembre a las 12 horas, frente a los ayuntamientos de todos los pueblos de nuestro país. Y lo hacemos pidiendo que se aparque cualquier símbolo de partido, bajo el único símbolo que nos une a todos, que no es ni de izquierdas ni de derechas, el de la patria común e indivisible: La bandera de España. La misma con la que salimos a celebrar un triunfo deportivo, sea cual sea. La misma que cubre los féretros de nuestros soldados cuando mueren tras ser enviados a escenarios de riesgo. La misma que tantos hemos jurado defender.

En defensa de nuestra convivencia histórica, pero también de nuestros derechos de ciudadanía y de nuestro futuro. Habla, España, habla.

Más información en esta página:
http://www.nacionespanola.org/esp.php?articulo5328


martes, 26 de septiembre de 2017

cat-.es: NO HAY SALIDA


¿Llevamos tres días de infarto en Cataluña? Claro está que son de infarto si se miran los informativos. Pero, a pesar de algunas fracturas preocupantes en grupos de amigos y de vecinos, para la inmensa mayoría de la población catalana todo sigue como el 18 de septiembre: aquí no pasa nada y lo que es más interesante: la mayoría no quiere que pase nada. Pero sí es rigurosamente cierto que los medios de comunicación y determinadas noticias se obstinan en sembrar una inquietud que la mayoría de catalanes siguen sin tener. Porque este contencioso solamente afecta a los “españolistas–constitucionalistas” de un lado y a los “nacionalistas–independentistas” de otro: a los demás, nos coge por medio, siendo perfectamente conscientes de que no ganamos ni perdemos nada en la partida, ni nada esencial se juega en ella: la España constitucional era, desde el origen, una “España rota”, la “República Catalana” es, simplemente, un aborto imaginario. Los que mantenemos “otras posiciones”, no contamos y ninguna de estas dos pueden ser asumidas sin grandes reservas mentales. Luego está una amplia gama de la izquierda (“referéndum sí” y “referéndum sí, pero no así”) y lo que es el grupo mayoritario, el de los “no sabe–no contesta”. Finalmente algunos, como es mi caso, que lo único que queremos es que termine toda esta comedia (que cada vez corre más el riesgo de pasar a ser tragicomedia).

Ni me pienso manifestar por la “España constitucional”, ni la “República Catalana” contará jamás con mi adhesión. Vaya esto por delante. Ahora trataré de explicar el porqué sigo en mi estado de “exilio interior” (tremendamente satisfecho, hay que decirlo, con mi condición de “apolítico”: no ignorante de la política, sino distanciado de ella).

PRIMERA CONSTATACIÓN: UN “REFERÉNDUM” NO ES “DEMOCRACIA”

Los hay que tienen tendencia a utilizar la palabra “democracia” como un puñetazo al estómago de su rival: “yo soy demócrata porque convoco un referéndum. Tu eres fascista porque me lo impides”. Tal es el razonamiento de “Puchi” y de los suyos. Ejem… si convocar un referéndum imprimiera el marchamo democrático, habría que reconocer que el franquismo fue, incluso más democrático que la Generalitat (con dos referéndums con Franco vivo, en 1947 y 1966 y otro para hacerse el hara–kiri en 1976).

Se dirá que, entonces, la oposición no podía manifestarse y que no habían “garantías democráticas”… ¡Pues ya me dirán ahora en donde incluso para dar una apariencia de que había “oposición” alguien ha ido colgando carteles con el “NO” firmados fraudulentamente por el PP, el PSC y Cs…! Y que no me digan que los medios de comunicación cuyos puestos de trabajo dependen de la benevolencia de las subvenciones de la Generalitat, han dado paso a los partidarios del NO, tanto del NO a la independencia de Cataluña como a los del NO a la consulta. De hecho, llevamos desde 2003 con todo aquello del invento maragallano del “nou Estatut”, casi quince años de machaque nacionalista–independentista que siguieron a casi 30 años del chunda–chunda nacionalista… sin que se conceda a los que opinan diferente espacios públicos para expresarse.

La democracia es algo más que convocar un referéndum (o elecciones cada cuatro años) para tener una ilusión de que “el pueblo participa”… ¿Participa en qué? Hoy la democracia cuantitativa es inviable y condenable por la simple razón de que la zafiedad, el mal gusto, la estupidez, la ignorancia, la apatía, la prepotencia y la bellaquería son mayoría en la sociedad por encima de la cultura, el estilo, la sabiduría, el conocimiento y la honestidad.

Cúlpese de ello a los creadores del sistema educativo español, especialmente al PSOE que en este terreno se ha creído con el derecho a imponer sus criterios “progresistas”… y a la vista está a donde nos han llevado. Un día le dije en directo a Luis del Olmo, cuando se iniciaba la andadura de “Protagonistas” que “la democracia es aquel sistema por el que el 51% de violadores tienen la razón sobre el 49% de premios Nobel”. Le costó entenderme y, en realidad, se lo tuvieron que explicar Hilario y Mariñas que eran, a fin de cuentas, los que me habían metido en el berenjenal. Cuarenta años después sigo pensando lo mismo: la diferencia es que en 1977, este país quería tener una “experiencia partitocrática” (y siempre estaba la posibilidad de que saliera bien) y hoy, cuarenta años después, quien tiene oídos y oye, tiene ojos y ve, es perfectamente consciente de que:

– existe una brecha insuperable entre la España oficial (la que se sienta y se beneficia de las instituciones) y la España real (la que paga y sufre las instituciones).

– el nivel de la clase política no se ha elevado desde 1978, sino que se ha ido rebajando más y más hasta entrar hoy en caída libre: ¿Queréis ver impresentables? Mirad en las bancadas de los parlamentos y en los ayuntamientos… hay sobredosis.

– la constitución fue elaborada en unas condiciones, nacionales e internacionales, y hoy se dan otras muy diferentes: ni los grupos económicos, mediáticos y políticos que existían entonces, siguen existiendo, ni se dan los consensos de entonces, ni siquiera se mantienen los compromisos dados en 1978 al redactar la constitución.

– el Estado de las Autonomías ha constituido un fracaso absoluto porque no ha resuelto el problema de la “vertebración nacional”, sino que lo ha agravado, y, para colmo de males, el proceso de burocratización y las corruptelas están devorando el Estado del Bienestar que en 1978 era el objetivo a alcanzar. ¿Cuánto se va a tardar en reconocer que el mejor referéndum sería ese en el que nos preguntaran qué queremos hacer con ese cúmulo de iniquidades, faraonismos y miserias que son las autonomías?

Así pues, a esto nos ha llevado la “democracia” y las continuas elecciones (autonómicas, generales, municipales, europeas, y alguno quiere, además, elecciones a “presidente nacional”…), así que no me pidan que tenga fe en un referéndum lastrado desde el principio. Me gustaría conocer los argumentos lógicos para refutar estos puntos que puedo sustentar perfectamente:

– que la gran masa del país, lo que se llama, “el electorado” es manipulable.

– que no tiene opinión propia, sino la opinión que le “sugieren subliminalmente” unos u otros, la “opinión pública” carece de forma, son los medios los que se la dan.

– que la gran masa del país no es consciente de lo que implica votar una cosa u otra, sino como máximo, vagas intuiciones irracionales.

– que el sistema educativo genera cada vez más analfabetos estructurales y

– que los problemas de nuestra sociedad, lejos de resolverse se van acumulando, más y más, hasta hacer hoy prácticamente imposible su solución (economía globalizada, aculturización generalizada, debilitamiento de TODAS las estructuras sociales). El referéndum catalán es un “falso objetivo” impuesto por los nacionalistas que desvía la atención de los grandes problemas acuciantes y considera a Cataluña como un islote al que solo le afecta el tenue puente existente hoy con el Estado Español…

¿Qué es la democracia? Lo dice la palabra: “mando del pueblo”. Difícilmente puede haber democracia cuando no hay “pueblo”: hay que releer a Ortega. Lo que hoy existe hoy en el lugar del “pueblo” es una “masa invertebrada” (o débilmente vertebrada por un club de fútbol, la reivindicación del porro, por un ritmo musical, por un mito y al que le interesan los trendig topics y los realitys mucho más que el futuro o su propio destino). ¿Qué “democracia” va a existir con esta tropa? ¿Pedir la opinión sobre el futuro demográfico de Europa a un colgao? ¡Si ni siquiera los demógrafos progresistas son capaces de establecer teorías científicas realistas! ¿Pedir que una masa opine sobre su futuro como “nación” cuando ni siquiera es capaz de alzar la voz para que se eliminen determinados aditivos alimentarios que cada día consume y que modifican cadenas de ADN generando cáncer, por poner un ejemplo? ¿Cómo alguien que no es capaz de pensar en su interés inmediato y el de sus próximos va a poder opinar sobre el futuro o el destino de una nación?

Si democracia es votar, hasta en las profundidades del stalinismo se votaba. Si democracia es “votar en libertad y conscientemente”, para ello hace falta una sociedad orgánica y estructurada, con cultura, nivel y educación, no volatilizada como tal y convertida en masa amorfa que se mece según los vientos que soplan.

LOS VENDEDORES DE “LIBERTAD” Y DEMOCRACIA

Lo lamento, pero la generalitat no es la institución más adecuada para vender “democracia”. Mira que la generalitat ha podido convocar referendos en estos últimos 35 años. Por ejemplo, y ya que estamos, lo pudo convocar en su momento sobre la “inmersión lingüística”. Solamente alguien que antepone el nacionalismo a la familia es capaz de imponer –“democráticamente”, claro está–  la enseñanza obligatoria en catalán a familias que considerábamos más importante para nuestros hijos el que aprendieran bien el castellano porque nuestro horizonte de vida no se quería reducir a las cuatro provincias catalanas y a Andorra. Los motivos de esa decisión atañen a las familias y la generalitat, que no era nada más que una “entidad colaboradora del Estado”, no tenía el derecho a imponer la enseñanza del catalán: porque el ciudadano es libre de expresarse como le dé la gana, no como quiere el gobierno autonómico… especialmente en una región en la que el crecimiento de cualquier grupo llegado de no importa dónde es muy superior al del grupo originariamente autóctono (cuya “vitalidad” está disminuida desde hace un siglo y requiere la llegada de inmigración, ayer del Estado, hoy del Magreb y mañana ¿de una galaxia lejana?).

Aquella ley, aprobada con el visto bueno de los socialistas y de los populares (que precisaban ambis del apoyo de CiU en el parlamento y hubieran, literalmente, puesto el culo para obtenerlo), fue una ley injusta, poco democrática y, lo que era peor, atentaba contra la coherencia de las familias, metía a la generalitat en la sala de estar de tu casa, rompía deliberadamente vínculos entre padres e hijos y era, desde todos los puntos de vista, insostenible e inmoral… salvo desde una perspectiva nacionalista. Para colmo, la generalitat, como ya he dicho, consiguió con esta política educativa que hoy se hable un catalán mucho peor que hace cincuenta años, que el castellano que se habla sea deleznable y, como guinda, que haya adolescentes de origen magrebí que mezclan ¡árabe, amazigh, castellano y catalán!

Lo normal hubiera sido que, respondiendo a la realidad de la sociedad catalana (bilingüismo), cada familia hubiera podido elegir la lengua en la que quería que sus hijos fueran educados. Además, y no hay que perderlo de vista ¡todo, además, para que solamente un 30–35% de la población se exprese habitualmente en catalán! Cuando hablé con el director de política lingüística de la Generalitat sobre la inmersión lingüística en el colegio de mi hija, me respondió que eso “lo había decidido el parlament”… La petición de que se abriera una línea de enseñanza en castellano para un grupo –numeroso, ya que estamos en ello– ni se tomó en consideración. No hubo “referéndum” para preguntarnos si preferíamos “inmersión lingüística” o dos líneas de educación. Y ni entonces ni ahora, hay argumentos científicamente válidos, para aquella ley… ¿Entonces no había lugar a referendo y ahora sí?

Toda Cataluña –toda, toda, toda– era perfectamente consciente de que, desde los años 80 había algo en la generalitat que no terminaba de funcionar. Personalmente lo vi cuando, durante un período de paro, recibo una carta diciéndome que el curso que había seguido costaba 250.000 pesetas de las de antes que se pagarían a un “centro colaborador”. Yo no había seguido nada digno de llamarse curso (ir un día al centro colaborador y ver que aquello era una pérdida completa de tiempo, no es “recibir un curso” de nada) así que, en tanto que persona honesta, fui a la consejería de trabajo a denunciar la equivocación. Debía ser algo inédito, porque pasé por todos los pisos del antiguo edificio de ATA, al final tuve que subir a ver al secretario del conseller que me vino a buscar a la puerta del ascensor: allí me dijo, literalmente, que no se me preguntaba mi opinión, sino simplemente se me notificaba el pago… Poco después, el conseller en cuestión (de UDC) resultó detenido, procesado, condenado y encarcelado por un gigantesco fraude que afectaba a toda la consejería.

Así pues, puedo constatar directamente que no es “honestidad” lo que respiran los convocantes del referéndum por la autodeterminación. No me fío de la “democracia” con que se les llena la boca a la hora de venderme el “referéndum”. Estoy dispuesto a considerar que ellos son tan corruptos –como mínimo– como los que gobiernan en Madrid. De hecho, sé que lo son. ¿Estamos ante un concurso para ver quién es más corrupto? Acepto que unos y otros son igualmente oportunistas, que están donde están para desviar dinero público a sus bolsillos y los de sus tristes partidillos, sin ideas, sin proyectos, que apenas son otras cosas que canales para las ambiciones de sus dirigentes (¡y qué dirigentes!).

No voy a salir en defensa del “patriotismo constitucional” del PP. Pueden estar seguros. Pero, me hacen reír todos esos que intentan presentar a la generalitat como pura como la doncella de Orleans, santa como Teresa de Ávila y libre de pecado como el Espíritu Santo… que no son más patéticos que quienes presentan a cualquier otro partido, de esta o de aquella orilla del Ebro como honesto y decente. Desengañaros: ya no queda honestidad entre la clase política que, en el fondo, está compuesta por oportunistas de bajos vuelos (ese Rufián, por citar un ejemplo peripatético de los ejemplares que da la “política catalana”), que no hubieran pasado de ser reponedores en supers en la empresa privada y que ni siquiera tenían cabeza para opositar, y tiene la misma tasa de ignorantes y colgados que cualquier otro grupo social. Sólo que ellos “son la ley”, “hacen las leyes” y “administran la caja”… No me pidan que los respete.

LA IZQUIERDA ANTE EL REFERENDUM

Seamos claros: la izquierda se ha visto desbordada por el nacionalismo, no de ahora, sino desde hace muchos años. El PSC –vale la pena no olvidarlo– fue una construcción ficticia que se impuso al PSOE (y a su federación catalana). Estaba compuesta por hijos de la alta burguesía, del mismo grupo social que creó CDC. Unos “guiaban” a la burguesía, los otros catalana (los Obiols, los  Maragall, los Bohigas, los Clos, los Reventós, los Serra, los Nadal…), los socialistas, al proletariado inmigrante. En su cúpula (hasta Montilla), el PSC siempre tuvo al frente a hijos de la alta burguesía que fueron aceptados por un proletariado castellano–parlante (el PSC no ganó ninguna elección autonómica hasta 2003 a causa de su neo–nacionalismo que procedía, en parte, del antiguo PSUC, que se diluyó en las zonas obreras a lo largo de los 80, su voto pasó a engrosar la nómina del PP catalán hasta que Aznar reavivó sus reflejos en 2002 con su malhadada posición pro–Bush en la Guerra del Golfo).

Luego sobrevino la crisis económica de 2008 y la izquierda española empezó su proceso de atomización. Por una parte, el PSOE, maltrecho por la infame gestión zapateriana, quedó convertido en una serie de federaciones y partidos regionales, sin denominador común programático, ni liderazgo digno de tal nombre. IU estalló, los segundas filas que estaban en el banquillo sin cargo alguno formaron Podemos, no como movimiento unitario, sino como federación de federaciones confederadas bajo una sigla inestable y dotada de una clase política dirigente en la que no es precisamente sensatez, experiencia, capacidad, ni preparación lo que abunda.

Los que se iban a bajar los sueldos, los que iban a renunciar a prebendas, los que iban a renovar la democracia, los que iban a defender a los menesterosos y a los deshauciados, hoy, como cabía prever, se han hecho su hueco en el pesebre. Lo sorprendente –e inquietante– no es eso: sino el estado de indigencia intelectual de muchos de sus líderes, sus razonamientos infantiles, ingenuos, sub–panfletarios, sus lídercillos locales del tres al cuarto, que a veces apenas llegan ni a las cuatro reglas, con unos Echeniques instalados en la ignorancia más el oportunismo (un año antes de entrar en Podemos, el pobre Echenique se había afiliado en Cs…). Existe la izquierda, mejor dicho, existen “las izquierdas”, pero, en todas sus variedades taxonómicas parece claro que ninguna tiene muy claro ni por dónde circulan, ni cuál es su proyecto, ni que vayan más allá de donde iban los presupuestos del zapaterismo: progresismo+humanismo+universalismo. Eso es todo.

La izquierda ha permanecido muda en el tema soberanista.

La izquierda de toda la vida en toda Europa era jacobina. En España ya aparecieron tendencias nacionalistas dentro del PSUC de los años 50. Era simplemente para ocultar y hacerse perdonar su stalinismo. Luego, cuando este partido tuvo una masiva entrada de curas progres y boy-scouts y alumnos formados por esos curas, mucho más que de obreros que, aun participando masivamente en el PSUC, siempre ocuparon un lugar secundario, la izquierda comunista catalana fue el motor real –el único motor real– del “llibertad–amnistía–estatut d’autonomia” de la transición. El PSUC se “catalanizó” para ocultar su estalinismo y luego debió travestirse de “eurocomunista”, lo que, a la larga generaría una ruptura en el interior del partido… no es por casualidad que hoy mismo 800 sindicalistas hayan suscrito una carta común oponiéndose al referéndum.

La izquierda no es que sea “demócrata”, es que es “ultrademócrata”, por eso si le ponen el señuelo de una votación, en principio, dirá que sí. Pero, a partir de ahí, tendrá dificultades para definirse: unos son “internacionalistas”, por lo tanto, crear una nación es lo más alejado a su ideal; otros, al desvalorizar las fronteras, les importa un higo si unos ilusos se preocupan por establecer otras nuevas. Así pues, la izquierda, evita declararse independentista y encuentra en el “soberanismo” una fórmula poco comprometida: “somos partidarios del derecho de autodeterminación y del referéndum y que cada cual vote lo que le parezca…”. Posición ambigua si la consideramos de la manera más benévola, y forma, en cualquier caso, de seguir nadando y guardando la ropa.

A Sánchez le han tenido que recordar que los pactos constitucionales del 78 comprometen al PSOE con la defensa del “Estado Español”. El chico no sabía que decir. En Cataluña, cuando el PSC ya es solamente una sombra de lo que fue, el osito de peluche que lo dirige, adopta cada día una posición diferente. El problema es que el partido está, claro, “partido” en dos, los partidarios de que se celebre el referendo y los que no. ¿Su alternativa? El “federalismo” que es como decir, “vamos a romper lo que ya existe y luego con sus partes, creamos una federación en la que cada parte es independiente pero en realidad no lo sea…”, ante lo que cabe responder, hijo, cada vez me gustas más por lo bien que te expresas. Ya sólo falta, por supuesto, que alguien recuerde que en el programa del PSC todavía está aquello del “federalismo asimétrico” maragallano.

En cuanto a la galaxia podemita catalana, hay de todo y su contrario y su actitud no es más que una prolongación de las dudas hamletianas del PSC. El grupo de la Colau no sabe ni que decir ante un tema que no va con ellos y bastante tienen con el atentado yihadista de agosto (y los que se prevén en el horizonte), con el descenso del turismo a causa del proceso soberanista y están en camino de recuperar su fe religiosa rezando para que a nadie se le escape un tiro, ni haya algún saqueo que pudiera salir en primera página de la prensa mundial. Sería lamentable que cuando apenas faltan cinco años para concluir ese monumento al kitsch y al mal gusto que es la Sagrada Familia, no hubiera visitantes para horrorizarse antes de que lo tire por los suelos un atentado perpetrado por yihadistas subsidiados. Los podemitas catalanes, como los socialistas de ayer, carecen de proyecto e irán improvisando sobre la marcha: viéndose arrastrados por unas circunstancias que no controlan, sin iniciativa y sin brújula. Eso es todo.

LA DERECHA CATALANISTA

Primero: no existe. Segundo: existía en 1978, tocó el cielo con el pujolato y se la pegó en su caída. Todos los intentos de la derecha española por sacrificar al PP catalán y constituir una especie de “Lliga Regionalista” rediviva, fracasason y esto por una buena razón: las condiciones que se daban en el primer tercio del siglo XX ya no se repetían a partir de 1976. La percepción histórica que se tenía desde Madrid era el de la existencia de un “catalanismo moderado” que no quería romper con España y que colaboraría en la gobernabilidad del Estado si éste le daba manos libres en Cataluña. Pujol (que por cierto no era Cambó) se benefició extraordinariamente de este mito madrileño que no tenía en cuenta lo que había pasado en los cuarenta años anteriores: en lugar de haberse aplicado la idea “tradicionalista” (Dios, Patria, FUEROS, Rey), o incluso la “joseantoniana” (expresada en el artículo sobre la Gaita y la Lira, con la muy razonable diferencia entre lo “espontáneo” y lo “difícil” que, a fin de cuentas, no eran contradictorios, sino que los presentaba como integrables), se aplicó en aquellos años un extraño jacobinismo que no pertenecía a la tradición política de la que se reclamaban los vencedores, ni siquiera al del grupo minoritario alfonsino de Renovación Española, sino, más bien, al rudo imaginario castrense. Se olvidaba también la influencia que había tenido en el pensamiento de Cambó o de Prat de la Riba, la figura de Maurras cuyos conceptos fueron decisivos tanto en los carlistas como en los alfonsinos y joseantonianos.

Se confundió el “catalanismo regionalista” con la nefasta gestión de Companys al frente de la Generalitat, el total vacío de poder que se produjo a partir del 18 de julio de 1936 que tuvo dos dramas capitales, en los fusilamientos posteriores al 18 de julio y en la guerra civil en la guerra civil en marzo de 1937… “incidentes” en todos los cuales estuvo ausente el independentismo que, simplemente desapareció desde 1936 hasta la última fase del franquismo. Pagó la cultura catalana que durante 40 años no estuvo prohibida, pero tampoco subvencionada.

Pujol, literalmente, engañó a sus interlocutores madrileños que, en los años de la transición, lo ignoraban todo de la historia política de Cataluña: se presentó como el portavoz del “nacionalismo moderado”… cuando su proyecto era –y hoy lo sospechamos– independentista desde el principio. De hecho, el entorno de Pujol ya había intentado en 1971-72 crear algo parecido a una ETA catalana, en lo que fue el Front d’Alliberament de Catalunya, desarticulado en 1973 y que no llegó muy lejos. Era la vieja estrategia de: “los radicales son estos, yo soy el moderado, así que negociad conmigo”.

A fin de cuentas, Pujol no engañó salvo a los que querían ser engañados y querían creer que el Estado de las Autonomías iba a ser el remedio a un problema mucho más complejo; si se hubieran fijado en el título que Pujol daba a su doctrina, “nacionalismo catalán”, hubieran debido sospechar hacia dónde tendía: nacionalismo indica que se defiende la existencia de una “nación” y que esa nación para serlo plenamente, precisa de un Estado. Las aguas y los problemas no resueltos de la transición de 1978 dieron como resultado los lodos actuales que algunos, como De Guindos, quieren prolongar como sea proponiendo, una mayor autonomía fiscal en Cataluña y un mejor concierto económico a cambio de olvidar la idea del referéndum. La misma ceguera de Suárez en 1978 es la de De Guindos en 2017. Nada nuevo bajo el sol.

La diferencia es que en 1978 las caretas estaban puestas: el nacionalismo se presentaba como “colaboracionista” y “moderado”, consciente de que era preciso recatalanizar el país, disponer de medios de comunicación propios y de una estructura de “pre–Estado” (la generalitat) que preparara las condiciones para la independencia. Hoy, las caretas están quitadas: ya no caben términos medios, sino valor para afrontar las realidades y estas son: que el Estado Español es inexistente en Cataluña más allá del texto constitucional.

Una parte de la población catalana, ganada por la publicidad machacona y por la catalanización forzada realizada desde 1978, quiere ser independiente; otra se sigue sintiendo más vinculada a “la España constitucional” (sea lo que sea que representa esa idea) y otro sector, acaso mayoritario, le tiene todo esto al fresco. Así pues, desengáñense quienes creen lo contrario: no existen soluciones para la actual situación, al menos soluciones definitivas, consensuadas y que no generen más problemas a la vuelta de unos años: una Cataluña independiente no podrá soportar en NINGUNA CIRCUNSTANCIA la presión del islam que es hoy una realidad en la Cataluña construida durante el pujolato y sus sucesores, con el visto bueno de Aznar y ZP. Tampoco las escuelas y los medios de comunicación catalanes darán nunca una visión de la propia historia y de “España” menos acorde con el ideario nacionalista. Estas situaciones –lamentablemente, insisto- solamente tienen una salida definitiva: cuando una parte, la que sea, aplasta completamente a la otra y le disuade de emprender nuevas aventuras. Indudablemente, las dos partes en litigio, carecen de fuerza, prestigio, decisión, autoridad y valor para afrontar la “solución final”. Por eso digo que esta situación se enquistará y carecerá de salida.

Por otra parte, resulta difícil llegar más allá de donde han llegado los estatutos de autonomía. Y, finalmente, para colmo, las fuerzas sociales que buscan la independencia ya no son las mismas que alumbraron al nacionalismo catalán del primer tercio del siglo XX y que lo han controlado hasta finales de los 90. Hoy son solamente borrokas de la CUP, población rural y periférica votante de ERC y la casta funcionarial y clientelar creada por la Generalitat. Estos grupos tienen poco que ver en sus intereses, en su estado de ánimo, en sus objetivos e incluso en su influencia.

LOS LOGROS DEL TÁNDEM MAS–PUCHI

La sociedad catalana es una sociedad atomizada: no existen partidos homogéneos y monolíticos, cada fuerza política con presencia parlamentaria está a su vez dividida interiormente en capillas, fracciones, tendencias, “colectivos”, federados y/o confederados, a veces sólo apiñados, y con unos líderes que, muchas veces más que dirigir son empujados por unos o por otros, sin gran ascendiente sobre las masas y sin capacidad de controlarlas una vez puestas en la calle.

Cuando se produjo el llamado “otoño de las nacionalidades” en 1989 y la URSS permitió que se segregaran aquellas nacionalidades que lo desearan (Lituania, Letonia, Estonia y Moldavia) y contaran con el apoyo de 2/3 de la población, al menos se aceptaba cierto “consenso” necesario para justificar una ruptura y una independencia nacional… pero el tándem Mas–Puchi, no se ha enterado de que, como máximo tiene 1/3 de los apoyos, los estatalistas otro y la “opción mayoritaria” sigue siendo la de “no sabe – no contesta – a mí que me importa – y vete a paseo con el rollo”. Sin olvidar, claro está que, para colmo, a un 18-20% de la población catalana, de origen inmigrante, mira más hacia sus países de origen que hacia la Plaza de Sant Jaume y que solamente podría ser ganada para la causa nacionalistas (o españolista) si se comprara al peso su concurso. Porque, por mucho que la Generalitat crea, lo que ha comprado es la paz étnico–social–religiosa. Nada más.

Tal es el peripatetismo del mosaico catalán del que nadie parece hacerse eco, ni aparecer en ningún análisis de “politólogos”, “tertulianos”, “opinadores” o “enteraos”.

Y esto es lo peor porque, entre todos la mataron y ella sola se murió: ¿quién? El pueblo catalán, por supuesto. Lo que existe hoy en Cataluña, vamos a decirlo claramente, es una masa fracturada interiormente hasta lo indecible en divisiones verticales (derechas, izquierdas, no sabe–no contesta), horizontales (independentismo, españolismo, pasotismo), divisiones ideológicas (estatalismo-independentismo), transversales (partidos fraccionados interiormente, rivalidades y desigualdades locales a cascoporro, diferentes actitudes en la medida en que existen regiones con distintos grado de “catalanización” y, para colmo, como guinda traída por Pujol y Angel Colom, un millón y cuarto de islamistas que solamente quieren la fiesta del cordero, que se recojan sus derechos a celebrar el ramadán, a tener sus mezquitas y una existencia subvencionada que, a ver quién les dice, ahora, que si un mal día falta el dinero para ellos, que no se lo tomen a mal…).

Lo peor es que los líderes independentistas, las más de las veces arrastrados por sus partidarios más pedestres, han terminado creyendo que Cataluña podría ser independiente con un referéndum no reconocido ni por el Estado Español, ni por las instituciones europeas, y que bastaba para segregarse con un 0’1% de ventaja… Ahora, no se trata solo de decirles, “oye, es que las naciones se crean con consensos mucho mayores, no por los pelines” o aquello otro de “mira, no es por nada, pero con un 30–35% de gente que se expresa habitualmente en catalán, me temo que el techo del 50,01% os quedaría algo lejos”: el problema es que el dontancredismo de Rajoy les ha dado alas y ahora, no solamente creen que el referéndum del 1–O se celebrará –cuando cualquier persona razonable sabe que, por el momento, esa vía no va a prosperar– sino que, además, lo tienen ganado y que para el 2–O Cataluña ya va “desconectarse”…

Para colmo, las detenciones de dirigentes de la generalitat no han sido suficientemente explicadas por el Estado, se han hecho tarde, mal, y no es que jurídicamente no estuvieran justificadas, es que eran iniciativas demasiado tardías: si el referéndum es ilegal, quien lo promueve, claro está, entra en la ilegalidad: el pequeño matiz que se le escapa a los “doctrinarios del independentismo” es que si hoy Cataluña pertenece a una legalidad, para crear otra, hace falta un proceso según los cauces normales, en lugar de forzar la legalidad actual, instalarse en una legalidad paralela y, desde ella, armarse con otra lógica legal, mientras que lo que se escapa a los “patriotas constitucionales” es que si el referéndum era ilegal, no lo era ahora, sino hace siete años cuando empezó a plantearse…).

Yugular el referéndum independentista por la vía legal, hubiera tenido sus efectos hace unos años. Hoy ya no. Y lo único que ha logrado ha sido generar una mayor tensión en la calle que veremos hasta dónde llega.

Hoy no puede excluirse ninguna hipótesis de futuro salvo una: esto no acaba aquí. Esta crisis ya no tiene vuelta atrás: ni el Estado va a poder seguir vendiendo ese fraude faraónico del Estado de la Autonomías como un “gran logro democrático”, sino que el invento recupera su carácter inviable económicamente y centrífugo; ni tampoco el independentismo va a resolver nada incluso en la remota hipótesis de que lograra su objetivo, porque luego, queda la pregunta que los independentistas no quieres oir: ¿y mañana qué? ¿negociar con la UE, negociación que España vetaría y que encontraría en Francia y Alemania una oposición aún mayor? ¿poner el culo, literalmente, ante Qatar, las monarquías del golfo, configurarse como paraíso fiscal y sede de los negocios de individuos repugnantes a lo Soros, negociar con la Liga Árabe la formación del primer Estado occidental que reconociera al Islam como religión privilegiada por delante de cualquier otra? Sin olvidar los miles de personas, de negocios, de sedes sociales, que abandonarían Cataluña en el momento mismo de la independencia y las promesas que deberían afrontar los promotores de la independencia cuando se encontrarán con un “pequeño problema de tesorería”, demandas internacionales y una situación revuelta tanto en el interior de Cataluña como en el exterior: es lo que pasa cuando no se tiene un consenso y se cree en la ficción de que basta con un 0’1% de ventaja para crear una nación.

UN CONSEJO A UNOS Y OTROS

Los que nos declaramos ajenos al “patriotismo constitucional” y permanecemos alejados del independentismo, somos perfectamente conscientes de que esto no va con nosotros. Personalmente creo que Cataluña no tiene remedio y que es la vanguardia de la desintegración de España en el sentido de que Cataluña refleja la atomización política y social de España. Nada más.

Aquí hay tanta corrupción como en Madrid. Aquí hay una ceguera ante el problema de la inmigración como la que hay en Madrid o en Andalucía. Aquí hay una casta política desaprensiva, ambiciosa y sin escrúpulos, sin categoría, nivel, ni preparación, tanto como puede haberla en cualquier otro lugar de España. Aquí hay una partitocracia como la hay en Madrid y la habrá en una Cataluña independiente o vinculada al Estado o comiendo de la mano de Soros o de las monarquías del Golfo Pérsico. Aquí hay una brecha entre la Cataluña real y la Cataluña de las oficinas y delegaciones de la Generalitat, como hay una brecha entre la España real de la gente que cada día se levanta para vivir, trabajar, ser feliz y la España legal de los ministerios, los gurteles y las corruptelas. Aquí y en Madrid se oculta que la globalización es el gran problema del país. ¿Es que no habéis mirado cómo está la sociedad catalana, es que no la habéis comparado con la que hay en Madrid, Valencia, Espartiñas, Lugo o Sabiñanigo y no os habéis dado cuenta que es una sociedad que comparte los mismos problemas de hundimiento del sistema educativo, hundimiento próximo del sistema de pensiones, hundimiento de la sanidad, hundimiento de las estructuras tradicionales, hundimiento de las costumbres, culto a la corrección política, política del avestruz ante los problemas reales? ¡¡¡Para que ahora vengan los Puchi, los Junqueras y demás y me digan que todo esto se resolverá con un… pasaporte y un DNI catalán!!!

Diré incluso algo más: soy completamente indiferente al proceso soberanista, pero también afirmo públicamente que no existe gran diferencia en apoyar al “patriotismo constitucional” o en apoyar las promesas de los independentistas. Ambas son dos demostraciones válidas para gentes que creen en Papa Noel o que no se han enterado que los Reyes Magos son los papás y que, en definitiva, no tienen valor, capacidad, ni imaginación para mirar cara a cara a las realidades. Los que tenemos algo de espíritu crítico, sabemos que hay problemas mucho más acuciantes y graves que el referéndum del 1–O. El mito construido por los independentistas, no es mi mito.

No me pidáis que lo apoye, como no me pidáis que apoye a los que ni siquiera tienen el valor decir que una “patria” está por encima de las constituciones. Miro lo que me rodea, oigo la televisión, leo los informativos, cuando viajo por España miro y me digo: si esta es España, como patria no va. En una República Catalana no creo, simplemente. Pero esta España, lo lamento, pero no me va: está ya demasiado rota y descompuesta como para zurcirla y decir “aquí no ha pasado nada”. Ha pasado que estamos ante un fracaso histórico. Recuerdo a Ramiro Ledesma, sin duda, uno de los intelectuales más profundos y olvidados que dio el siglo anterior y que resumió así el último siglo y medio de la historia de España: “Fracaso de la España tradicional, fracaso de la España subversiva (ambas en sus luchas del siglo XIX), fracaso de la Restauración (Monarquía constitucional), fracaso de la dictadura militar de Primo de Rivera, fracaso de la República…”, a lo que cabría añadir: Fracaso del franquismo, fracaso de la España constitucional, fracaso sobre fracaso y verdadera pirámide de fracasos sobre la que ya resulta imposible asentar nada sólido, ni en su conjunto, ni ninguna de sus partes.

Es triste reconocerlo, pero si abrís los ojos, fuera de vuestras filias y de vuestras fobias y miráis la España que os rodea (de la que Cataluña forma parte), veréis que el panorama es desolador y no existe ningún motivo para  el optimismo, por mucho que independentistas y constitucionalistas estén cegados por sus propias mentirijillas. Por eso, si tengo que dar un consejo a la clase política, les diría: no molestéis más, no importunéis más a las buenas gentes que solamente queremos una vida honesta, tranquila y agradable, confundiendo las defensas de vuestros intereses con los intereses de todos nosotros.

Lo digo porque, la división empieza a sentirse en la sociedad catalana: los grupos de amigos, ya se están rompiendo, los que hasta hace poco se llevaban bien, ya discuten viva y airadamente, envenenados por aventureros políticos y dontancredos de la vida, los vecinos ya empiezan a recelar del que toca la cacerola de 22:00 a 22:05 y de quién no la toca. La mayoría de la gente, a la que todo esto le importa una higa, empieza a preocuparse por el qué ocurrirá mañana. Es otra muestra de la atomización de la sociedad catalana.

Hace siete años, cuando empezó todo esto, creía sinceramente que se cerraría con una negociación por ambas partes (Estado y Generalitat), hoy sólo estoy seguro de algo: de que en cualquier momento puede saltar la chispa que de lo “irreversible” pase a lo “irremediable”. Basta para ello que a algún borroka se le escape algún coctel molotov, que a un Guardia Civil o a un Mosso le intenten robar un arma y dispare, que una masa puesta en la calle, sin dirigentes capaces por ningún lado, sin saber qué hacer, termine desbordando cualquier cauce o que un gobierno sin personalidad –en Madrid o en plaza de Sant Jaume– se lance a una aventura irreparable. Lo triste es constatar que, cada día un poco más, la convivencia en el interior de Cataluña se va degradando más y más y más.

Se me acusará de pesimista: realista, más bien. Porque realismo es reconocer que esta situación no tiene ni salida para delante, ni salida para atrás. Felicitaciones a todos los políticos irresponsables que habéis llevado a Cataluña y a España al punto en el que se encuentra hoy. No podíais haberlo hecho peor. Unos y otros. Todos. Compraros cinco euros de democracia y perderos.

Por Ernesto Milá. Publicado en su blog:
http://infokrisis.blogia.com/2017/092301-.cat-.es-no-hay-salida.php

domingo, 24 de septiembre de 2017

Magia y Épica en la literatura medieval: El cantar de Mío Cid


El cantar de mio Cid, es nuestro gran cantar de gesta… escrito por un autor anónimo a principios del siglo XIII en plena Edad Media, y en la gran época de la épica medieval, en él las leyendas y romances que trenzaron los juglares durante cien años, alrededor de la figura histórica del Cid Campeador, tomarán cuerpo en una gran “saga”. Un gran relato en el que el héroe desterrado y su mesnada, a golpe de espada, razias y cabalgadas (“si con moros no lidiamos nadie nos dará el pan” verso 34-673), consiguen finalmente el triunfo de conquistar Valencia y hacer del Cid su señor.

El héroe cumplirá de este modo un gran destino y su honra quedará recuperada y engrandecida. La nobleza de título pero sin hazañas que conspiró contra él y que después quedará retratada en los cobardes y viles infantes de Carrión, se contrastará con el humilde infanzón castellano que por “sus obras”, merecerá la fama y la gloria.

El Cid es así uno de los grandes arquetipos de la tradición española en lengua castellana. Un héroe a través de cuya figura todo un ideal antropológico de hondas raíces identitarias y espirituales, se manifiesta con esplendor y fuerza aleccionadora. No podía faltar entonces en “La Forja y la Espada”…

Los fragmentos del cantar están elaborados a partir de la versión del texto antiguo de Ramón Menéndez Pidal y de la prosificación moderna llevada a cabo por Alfonso Reyes.

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Según la leyenda y el romancero, fue en la jura de santa Gadea, que se sembró la enemistad entre el rey Alfonso y el Cid Campeador. Obligado el rey por el propio Cid a jurar ante los “espatarios” del finado Sancho II, que nada había tenido que ver en el asesinato de éste, el recelo que aquel día se sembró, será el que finalmente propiciará el destierro del Campeador… Destacados miembros de la nobleza leonesa, envidiosos de la fama y buen nombre del héroe castellano, aprovecharán el desencuentro del rey Alfonso con el antiguo armiger regis de Sancho II, para intrigar contra él. Siendo entonces que tomando como excusa el enfrentamiento del Cid con el noble leonés García Ordoñez, por el cobro de las parias de la taifa de Sevilla, se declarará la “ira real” y el Cid será desterrado de Castilla…

Es precisamente con el “cantar del destierro” que comenzará la gesta o “saga” del Cid Campeador. Todo ello conforme a una línea argumental en la que a la deshonra del destierro con la que comienza el cantar, se contrapondrá la honra final, recuperada y enaltecida, de casar a sus hijas con los reyes de Navarra y de Aragón. Hasta el punto de decirse que los “reyes de España” a partir de ese momento, serán descendientes del Cid (versos 152, 3722-3724).

En el camino, los buenos augurios al partir al destierro. Después la vida montaraz a la intemperie acompañado de su leal mesnada, haciendo la guerra por su cuenta contra los moros. Ganando riquezas y plazas y sabiendo mantenerlas. Finalmente la conquista de Valencia, convirtiéndose en señor de ésta. Defendiéndola contra los reyes moros de Marruecos y los imponentes ejércitos que mandan para recuperarla. Saliendo siempre victorioso y cada vez más grande en fama, tierras, hombres y riquezas.

Todo un hilo argumental que parecerá hundir sus raíces no sólo en la propia historia del Cid, sino también en tramas de antiguos relatos tradicionales a lo largo y ancho de toda Europa, en diferentes sagas y leyendas tanto del Medievo, como de la Europa pagana. Como si en la vida del Cid y a partir de la idealización inevitable de un cantar de gesta, lejanos ecos de la Tradición, pudieran aún hoy estar llegándonos…

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El Cid sale al destierro: Primer augurio.

El Cid cabalga al destierro y al salir de Vivar y entrar en Burgos una señal… Un córvido de alas negras. El pájaro de Lug y Wotan. El augurio del antiguo mundo celto-germano que al comenzar el héroe su aventura, le reconforta y da confianza. “¡Albricias!”-exclama el Cid-“ahora somos desterrados pero algún día, volveremos cargados de honra”…

A la salida de Vivar vieron la corneja a diestra, e entrando en Burgos la vieron a siniestra; Meció mío Cid los hombros y sacudiendo la cabeza: “¡Albricias Alvar Fañez que echados somos de tierra, más a gran honra tornaremos a Castiella!”

(versos 2, 10)

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Llanto y ánimo en el destierro y confianza en la Providencia:

El Cid deja atrás mujer e hijas. Se le arruga el corazón ¡Cuándo volverán a verse! No termina de partir y va girando la cabeza para verlas una vez más. Pero su leal camarada Minaya le anima el corazón y devuelve el coraje: “¡Dejémoslo estar!”. Confiemos en la Providencia y hagamos nuestro camino. Espoleemos los caballos y vayamos adelante. Si Dios nos dio un alma, también nos dio fuerza. Las penas por eso algún día pueden tornarse en alegrías…

El Cid a doña Jimena íbala a abrazar, doña Jimena al Cid la mano va a besar, llorando de los ojos non sabe que se far (…) agora nos partimos ¡Dios sabe el ajuntar! (…) Mío Cid de los vasallos va ya a cabalgar, todos esperando tornando la cabeza va…

A la sazón fabló Minaya Alvar Fañez: “Mío Cid, nacido de madre en buena hora ¿qué es de vuestro ánimo? Pensemos sólo en aguijar y dejémoslo estar. Aun todos estos duelos en gozo se tornarán. Que Dios nos dio las almas, consejo nos dará”

(versos 18, 368-382)

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Última noche en Catilla: Segundo augurio.

Es la última noche antes de salir definitivamente de Castilla y el Cid a pesar de las tribulaciones, queda dormido de manera plácida y profunda. Tiene entonces en sueños una visión “sobrenatural”. Un ángel se le aparece y reconforta: “¡Cabalgad mío Cid! Confiad en vosotros mismos. Todo ha de salir bien”. Un episodio malhadado de nuestra vida puede no ser, sino el camino que conduce a la Gloria…

Venida la noche, el Cid se acostó y un dulce sueño lo invadió. El ángel Gabriel a él vino en visión: “Cabalga Cid, el buen Campeador, que nunca en tan buen punto cabalgó varón. ¡Todo te ha de salir bien mientras vivas!”. Cuando el Cid despertó, la cara se santiguó.

(versos 19, 404-410)

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El Cid y sus 300 saquean por libre tierras de moros:

Sin más bienes y riquezas que su coraje, sus armas y sus trescientos leales, el Cid se adentra en tierras de moros buscando fortuna. Como una mannerbünde de guerreros libres en pos de mejor ventura, la noche será su aliada y la razia, el espíritu resuelto y el ataque relámpago, su oportunidad…

El Cid y su mesnada cabalgan vagabundos por tierras de moros y pronto toda España estará sobre aviso, de que aquel que pueda ser su presa, estará en serio peligro…

Pasaremos la sierra, que es harto escabrosa y empinada, y así podremos dejar esta noche las tierras del rey Alfonso. Al que después quiera buscarnos, no le constará trabajo encontrarnos (…) en medio de un bosque maravilloso y tupido, mando el Cid parar y dar cebada. Allí manifestó a sus hombres que quería caminar de noche (…) toda la noche anduvieron sin descansar y cerca de un lugar que llaman Castejón de Henares, el Cid se puso a preparar una emboscada…

(versos 22, 422-436)

Mío Cid-le dice Minaya-tú que en buena hora ceñiste espada, puesto que ponemos a Castejón celada, conviene que os quedéis aquí con cien de los nuestros; a mí me daréis doscientos para ir en vanguardia. Con Dios y ventura ¡saldremos bien de la empresa!

Decís bien Minaya. Abrid vanguardia con doscientos hombres (…) arremeted con osadía, nos haga el miedo perder la presa. Por Hita abajo y por Guadalajara hasta Alcalá, asegurad toda la ganancia, que no por miedo a los moros se vaya a perder nada. Yo quedaré de retaguardia en Castejón que es buen abrigo. Si ocurriese peligro en vanguardia, presto mandadme aviso. De aqueste hecho va hablar toda España…

(versos 23, 439-453)

Ya rompían albores y venía la mañana ¡cuán hermoso Dios, el sol despuntaba! Los de Castejón se levantan, abren sus puertas y salen a sus labores y sus heredades. Todos se han marchado ya, dejando las puertas abiertas, y muy pocos quedan y los demás se han diseminado. El Campeador abandona entonces su escondite y cae sobre Castejón (…) se encamina a la puerta de la ciudad y los que la guardan cuando ven venir tanta gente, llenos de terror, la desamparan. El Cid entra entonces por la puerta franca, la espada desnuda en la mano y da muerte a quince moros que encuentra a su paso. Gana Castejón y su oro y su plata. Sus hombres se le acercan con el botín y sin preciarlo en nada, lo dejan en sus manos.

En tanto los doscientos que van en la vanguardia, corren y saquean toda la tierra. Hasta Alcalá llega la enseña de Minaya, y de allí vuelve con el botín Henares arriba y por Guadalajara. Traen grandes ganancias, rebaños de ovejas y vacas (…) Y donde se ve pasar la orgullosa enseña, no hay quien se atreva a asaltarlos por la espada. Vuelven con todo lo ganado hasta Castejón donde el Cid les esperaba.

(versos 23, 456-485)

*

El Cid reparte el botín entre sus hombres y Minaya renuncia a su parte con voto solemne:

Como una fratría guerrera del antiguo mundo celto-germánico, el Cid ejerce de “jefe redistributivo” y entre sus hombres reparte el botín. Pero efectivamente, como si el antiguo mundo de las mannerbünde indoeuropeas siguiera presente en la España Medieval, uno de sus hombres renuncia al botín. Como los guerreros consagrados a su jefe hasta la muerte de la antigua devotio hispánica, Minaya bien se paga su esfuerzo con la propia lealtad y entrega que profesa a su señor; y por ahora, no necesita más…

“Ilustre Campeador, mucho os lo agradezco. De esta quinta que me ofrecéis, hasta el rey Alfonso quedaría bien pagado, pero yo os lo devuelvo. Y aquí prometo a Dios que está en lo Alto, que yo no me satisfaga de lidiar en campo contra los moros sobre mi caballo, empleando mi lanza y metiendo mano a la espada, hasta que chorree la sangre por el codo, delante de Ruy Díaz, el gran combatiente, no he de aceptar ningún dinero. Cuando yo os haya ganado algo realmente valioso, aceptaré mi parte; entre tanto, tomadla toda para vos…”

(versos 24, 493-505)

Se satisface y paga con el luchar contra los moros a las órdenes del Cid. Consagrado totalmente a su señor. Y si más adelante algo destacable gana, entonces sí aceptará su parte, hasta entonces, la misma guerra junto al Cid es el pago que recibe por su lealtad…

*

Los moros cercan al Cid en Alcocer y éste sale a la carga para romper el cerco:

La vida de cabalgadas, venturas y saqueos acrecienta el poder y fama del Cid así como el temor de que pueda ir a más. Pronto tratarán de impedírselo…

El rey moro de Valencia está prevenido de las razias del Cid por tierras de moros en Castejón, la Alcarria, Ariza, Cetina y ahora Alcocer. Y se decide a pararle los pies enviando un gran ejército para cercarlo allí y acabar con él. El “desterrado” del rey Alfonso sin embargo, no se dejará amedrentar… Y al amanecer sale en tromba con sus huestes por las puertas de Alcocer, dispuesto a luchar a brazo partido contra los moros:

Abrieron las puertas y salieron, y las avanzadas moras al verlos, corrieron a dar la voz de alarma. ¡Con que prisa se arman los moros! Tanto es el ruido de sus tambores que se estremece la tierra…

(…)

Embrazan frente a los pechos los escudos, enristran las lanzas, envuelven los pendones y se inclinan sobre los arzones con ánimo de acometer denodadamente. El que en buena hora nació dice a grandes voces: “¡A ellos, mis caballeros, en el nombre de Dios! ¡Yo soy Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador!

(…)

Allí vierais subir y bajar lanzas, pasar y romper adargas, lorigas quebrantarse y perder las mallas, tantos pendones blancos salir enrojecidos de sangre, tantos hermosos caballos sin jinete. Los moros invocan a Mahoma los cristianos a Santiago, y a poco ha, yacían en el campo no menos de mil trescientos moros.

(versos 34, 693-696; 35, 715-721 y 36, 726-732)

A Minaya Alvar Fañez matáronle el caballo, lo acorren entonces mesnadas de cristianos. La lanza ha quebrado a la espada metió mano, y aunque va a pie buenos tajos va dando.

Violo el Cid Ruy Díaz el Castellano, y acercándose a un general moro que traía un buen caballo, tiróle de diestra tal espadazo, que cortóle por la mitad y el otro medio cayó al campo. Después se acercó a Alvar Fañez para darle el caballo: “Cabalgad Minaya que vos sois el mi diestro brazo y hoy en este día de vos haré gran bando. Ved que los moros están firmes, aún no los echamos del campo. Menester es que lo acometamos de cabo”.

(versos 38, 744-756)

A Minaya Alvar Fañez le salió bueno el caballo, de aquestos moro mató treinta y cuatro; ¡Oh tajante espada, cuan ensangrentado trae el brazo! Por el codo la sangre le va chorreando: “Ahora si estoy satisfecho, ahora llegarán a Castilla buenas nuevas de que el Cid Ruy Díaz en batalla campal ha ganado. Hay tantos moros muertos que pocos vivos ha dejado”.

(…)

Veíase al Cid sobre su caballo, espada en mano, fruncida la cofia y caída sobre la espalda la capucha de la loriga ¡Oh Dios cómo es de buen barbado!

A los suyos va diciendo: “¡Gracias a Dios que está en los cielos, nuestra es la victoria!”

(versos 40, 778-793)

*

El Cid, conquistador y señor de Valencia:

En tierras de moros, prendiendo y ganando, durmiendo los días y las noches trasnochando, ganando villa a villa Mío Cid pasó tres años.

(versos 71, 1167-1169)

Quien quiera perder cuitas y venir a ganar, vengase con el Cid que sabe batallar, que cercar quiere Valencia para a los cristianos dar.

(versos 72, 1189-1191)

El Cid continúa su carrera de “guerrero libre e independiente” en lucha contra los moros y si bien no ceja en mandar presentes al rey Alfonso (tratando así de lavar su buen nombre y recuperar el favor real) sus sucesivas victorias le conducen hasta Valencia, a la que finalmente pondrá cerco y tras diez meses de asedio conquistará.

La caída de Valencia en manos del Cid; conseguida por un caballero que salió desterrado de Castilla con 300 hombres y que a base de razias, batallas y victorias, ha conseguido juntar en torno suyo un ejército de 3600 (versos 77, 1263-1265), e incluso conquistar la propia ciudad de Valencia, se convierte en una notica que llegará hasta el último rincón de España… Tanto así que cruzará el estrecho de Gibraltar y llegará a oídos del rey de Marruecos. Éste juntando un imponente ejército de 50000 hombres (versos 88, 1625-1626), se decidirá entonces a desembarcar en las playas de Valencia dispuesto a poner fin para siempre con el Cid Campeador. El héroe castellano le recibe sin embargo sin temor alguno e incluso con alegría…

¡Loado sea el Creador y Padre Espiritual! (…) Con grandes afanes gané a Valencia que hoy tengo por heredad; no la he de dejar mientras viva (…) hoy están conmigo mi mujer y mis hijas (…) No puedo menos, he de empuñar las armas, mi mujer y mis hijas me verán lidiar; ahora verán cómo se vive en tierras extrañas; ahora van a ver con sus propios ojos cómo se gana el pan.

Suben al Alcázar su mujer y sus hijas y al alzar los ojos ven éstas el campamento y tiendas de los moros:

-“¿Qué es esto mío Cid en el nombre de Dios?”

-“Ea, honrada mujer ¡no os aflijáis!. Esto es la riqueza maravillosa y grande que viene a buscarnos. Apenas habéis llegado y ya quieren haceros presentes. Ahí os traen el ajuar para vuestras hijas…”

(versos 90, 1633-1650)

Izadas están las tiendas. Tañen presurosamente los tambores. Ya rompe el alba. El Cid exclama lleno de júbilo: “Gran día será este”.

Pero su mujer tiene miedo y quiere rompérsele el corazón, otro tanto acontece a sus damas y a sus dos hijas (…) Acariciándose la barba el Cid Campeador les dice: “No tengáis miedo (…) antes de quince días, si Dios quiere, estarán en nuestras manos aquellos tambores que ahora oís y os los traerán para que veáis como están hechos, y luego serán dados al obispo don Jerónimo para que cuelguen en el templo de santa María, Madre del Creador”.

(versos 91, 1657-1668)

Las tropas del Cid y las huestes moras del rey de Marruecos, tienen un primer enfrentamiento en la huerta de Valencia, donde los moros recibirán un primer correctivo perdiendo frente a las mesnadas del Cid a 500 hombres (versos 92 1675-1678). Sin embargo la verdadera batalla será al día siguiente…

“Oídme caballeros-les dice el Cid-hoy es un buen día, mejor será el de mañana. Antes de que aclare armaos todos; el obispo don Jerónimo nos dará la absolución, nos dirá misa… y a cabalgar. Iremos a atacarlos (…) en nombre del Creador y del apóstol Santiago (…) todos responden: “De voluntad y de corazón lo haremos”.

(versos 93, 1685-1698)

Cae el día y entrada es la noche. La gente cristiana se está aprestando sin tardanza. Al segundo canto del gallo, antes de que amanezca, les dice misa el obispo don Jerónimo (…): “Al que muera hoy lidiando de cara yo le absuelvo de todos sus pecados y Dios recibirá su alma”.

(versos 94, 1699-1710)

El Cid salta sobre su caballo Babieca, que provisto va de toda guarnición. Sale con ellos la enseña (…) con el Cid casi cuatro mil y denodadamente van a atacar a cincuenta mil contrarios (…) El Cid empleó la lanza y a la espada metió mano, mato innumerables moros, la sangre por el codo le está chorreando. Tres golpes le asesta al rey Yusuf pero éste escapa a caballo. Se oculta en el castillo de Cullera y hasta allí le sigue el Cid para alcanzarlo. De allá volvió el bienhadado, muy complacido de capturarlo. Entonces supo lo que valía Babieca de la cabeza hasta el rabo.

(…)

Alegre está el Cid, no menos sus vasallos, que Dios les hubo merced, que vencieron el campo (…) Con cien caballeros a Valencia es entrado, fruncida trae la cofia y el yelmo se ha quitado, así entró sobre Babieca, la espada trae en la mano. Recibiéronlo las damas que lo estaban esperando (…) “Me humillo ante vosotras, buen botín he ganado. Vos guardando Valencia yo venciendo en el campo. Así lo quiso Dios y todos los sus santos (…) Ved la espada sangrienta y el sudoroso caballo, así se vence a los moros cuando se lucha en el campo (…) Así dijo mío Cid, después se apeo del caballo…

(versos 95, 1714-1753)

La “saga” del Cid como la de un “héroe de antaño” le lleva finalmente a conquistar una gran ciudad y proclamarse señor de ésta. Allí recibe con alegría el desafío de defenderla y el orgullo de mostrar su modo de vida, espada en mano, manchado de la sangre de sus enemigos y sobre su sudoroso caballo. Hecho a sí mismo en la virtudes guerreras del honor y el valor…

Posteriormente los moros volverán a atacar Valencia esta vez con el rey Bucar al frente. De nuevo serán derrotados y en esta ocasión el obispo don Jerónimo se adelantará para arremeterlos, matando a dos moros con sus primeros golpes, rompiendo su lanza y continuando entonces con la espada, hasta matar otros cinco (versos 117, 2383-2389). El Cid y sus hombres por su parte, cargarán abriendo brecha en el campamento del rey Bucar, llegando a quebrar las estacas y rodar los postes que rodean las tiendas del rey moro, obligando a éste a escapar (versos 117, 2399-2402). Lo persigue entonces el Cid hasta alcanzarlo…

Mío Cid al rey Bucar llegó a alcanzar: “Vuelve acá Bucar, que veniste allende el mar y ahora has de habértelas con el Cid, el de la luenga barba. Tenemos que besarnos y pactar amistad”. A lo que Bucar responde: “¡Dios confunda tales amistades! Que traes espada en mano y te veo aguijar, o mucho me equivoco o en mis carnes la quieres probar

(…)

Al fin, a tres brazas del mar, logra el Cid emparejarle, levanta en alto la Colada y le descarga un furioso tajo que, arrancándole los carbunclos del yelmo, le abre la cabeza abajo hasta la cintura (…) Así venció la maravillosa y gran batalla. Así se honró el Cid y todos los que estaban de su parte.

(versos 118, 2409-2428)

Como la de un guerrero furibundo y barbado la espada del Cid golpea con una violencia inusitada, abriendo en canal a su enemigo de la coronilla hasta el vientre… Ya le hemos visto anteriormente en escena de similar violencia, cortando por la mitad a un general moro en el cerco de Alcocer.

El Cid espada en mano a hecho su camino. Del destierro y la deshonra a la conquista de Valencia y la victoria contra los reyes moros de Marruecos. Los buenos augurios y el sueño profético de los días de su partida se han cumplido. Sus esfuerzos y fatigas, vagabundo y saqueador desterrado de Castilla, han tenido su fruto, y ahora ya es señor de Valencia. Con su mujer y sus hijas orgullosas de nuevo a su lado.

El cantar continuará con el perdón real y su reconciliación con el rey Alfonso. Y finalmente incluso irá un paso más allá y tal como decíamos al empezar este artículo, tras la afrenta de Corpes y la derrota de los infantes de Carrión, las hijas del Cid se casarán con los reyes de Navarra y Aragón. Su humilde linaje acabará emparentado con el de los reyes de España y éstos, tendrán en su haber que sus hijos y nietos, llevarán la sangre del Cid en sus venas…

*

El héroe por excelencia de la España Medieval reflejará así en la “saga” de su cantar, no sólo los ideales de la sociedad medieval española, sino también algunos de los mitemas esenciales del mundo de la Tradición y su vis heroica. Uniéndose lo perenne y contingente en la vida y leyenda de un héroe castellano cuya saga, estará en los orígenes mismos de la tradición literaria española. Haciendo entonces de ésta, reflejo, lección y enseñanza, de las Verdades del Espíritu…

Por Gonzalo Rodríguez. Extraído de La Forja y la Espada:
http://gonzalorodriguez.info/magia-epica-la-literatura-medieval-cantar-mio-cid/

sábado, 23 de septiembre de 2017

DETENCIONES.cat


El choque de trenes se ha producido, finalmente. El misterio de cómo iba a afrontar Rajoy el feo asunto del independentismo catalán, ha quedado resuelto. Lo que se ha llamado “el núcleo duro” del independentismo se prepara en estos momentos para prestar declaración ante el juzgado de guardia. Luego está el numerito de ayer en Gerona que apuntaba directamente contra Puigdemont (allí la corruptela del 3% seguía durante el tiempo en el que “Puchi” fue alcalde, a través de los precios abusivos cobrados por la compañía de aguas… presuntamente, claro está, más de lo mismo seguramente).

A día de ayer el referéndum podía considerarse desarticulado y se hubiera quedado en algo así como un 9–N reducido, sin urnas, en mesas plegables, con papeletas impresas en casa, en fin… Que esto se ha acabado y ahora falta saber, si el propio Puigdemont y Junqueras seguirán. Mal asunto porque, aunque la cosa no termine en penas de prisión, alguien tendrá que devolver el dinero empleado en la preparación del referéndum (y son muchos, muchos, muchos millones de euros). Después de estudiarlo mucho, Rajoy ha tirado finalmente por la vía de “tocarles los bolsillos”. Ya se vio con los cuatro o cinco millones que le cayeron a Artur Mas: “Si pago, me van a dejar sin nada”… y si no pagas te van a embargar todo lo que tienes a tu nombre… Y eso es lo que les va a pasar a todos estos detenidos hoy.

LOS TRES GRUPOS SOCIALES QUE APOYAN AL INDEPENDENTISMO

Queda por esperar la “respuesta popular”. Me temo que Rajoy se quedará solo respaldado solamente por Ribera, con Sánchez en fuera de juego sin querer mojarse y Podemos lanzando invectivas en contra. De todas formas, es significativo que la gente que protestaba esta mañana en las consellerías ¡eran funcionarios de esas mismas consellerías! Porque, esto, no lo olvidemos –y parece que se olvida– es “Cataluña”. Aquí, lo que les preocupa a los funcionarios es que el día 31 no reciban su nómina.

Esto me lleva a apuntar una diferencia histórica entre esto que se ha llamado “proceso soberanista” y el nacionalismo histórica catalán. Vamos a ver: el pueblo en el que vivo, el pasado 11–S estaba desierto. Un 25% se había ido a la manifestación. Las estaciones de acceso a los lugares de la manifestación estaban saturados de gente hasta altas horas de la noche y desde primeras horas del día. ¡Cuántas masas! Sí, muchas, pero la mayoría venidas de pueblos. Porque es ahí en donde reside lo esencial del electorado de ERC: población rural, población de zonas costeras, especialmente de Gerona.

Luego está el otro contingente independentistas: los “borrokas”, gente joven, productos de la LOGSE y de su aplicación en Cataluña, salidos de la inmersión lingüística y de tener que convivir con un 25–35% (a veces un 90%) de alumnos llegados con la inmigración. Estos, forman el otro grupo social de apoyo al independentismo: los incapaces de reconocer al “enemigo”, con poca capacidad analítica para establecer estrategias, ideas generales radicales independentistas, mucho corazón, poco cerebro y algo de testosterona aplacada por el porro.

Y luego está, finalmente, las clases funcionariales y clientelares creadas en torno a casi 40 años de gobierno nacionalista de la Generalitat: siempre hemos dicho que Andalucía era la comunidad que más se parecía a Cataluña, por muchos motivos, especialmente por el número de funcionarios autonómicos. En sí mismos, estos constituyen otro grupo de apoyo al independentismo: creen que su situación mejorará con la independencia porque sus jefes de negociado les han dicho que les subirán el sueldo, lo que para un funcionario es estímulo mayor que cualquier otro. Estos son los apoyos sociales del independentismo.

ESTE NO ES EL NACIONALISMO DE TODA LA VIDA

Es evidente que antes, el nacionalismo catalán era la expresión de los intereses de la alta burguesía industrial, incluso que el mismo nacionalismo surgió como respuesta al riesgo de que el gobierno de Madrid a mediados del XIX, aboliera las medidas proteccionistas que garantizaban la prosperidad de la alta burguesía industrial catalana. El nacionalismo ha tenido en ese grupo social a su principal impulsor. Y, de hecho, los Codorniu y alguna otra saga familiar, siguen en las mismas posiciones.

En realidad, de esto queda muy poco y su partido (CiU) ya hace tiempo que ha dejado de existir. Han quedado superados por el devenir histórico del capitalismo: ya no existe una “burguesía industrial” en Cataluña (fuera de unas pocas excepiones), lo que existe es una aristocracia económica que invierte en bolsas internacionales y lleva su dinero a “países refugio”. Su deserción ha dejado el campo libre a borrokas, “gent de poble” de ERC y funcionarios de la generalitat.

NO PERDER LA PERSPECTIVA. EL ORIGEN DE ACTUAL PROCESO

El proceso independentista se inició oficialmente porque la “vía del Estatut” estaba agotada y el Tribunal Constitucional tumbó lo esencial de “nou Estatut”. En realidad, esto es una falacia: la vía independentista nace cuando se dan dos circunstancias en la política española: la aparición de Ciudadanos y de Podemos como fuerzas parlamentarias que superan en número y anulan la capacidad que tuvo CiU durante 35 años de decidir a quién apoyaba en Madrid, cuando el PP o el PSOE no obtenían mayoría absoluta. Esto les daba amplio margen de tolerancia para ir larvando sus redes de corrupciones (el 3%).

El pacto con el PP y/o con el PSOE era “impunidad y manos libres en Cataluña a cambio de apoyo catalán en Madrid”. Era el resultado del “bipartidismo imperfecto”. La entrada de C’s y de Podemos en juego, destruyó el juego constitucional aprobado en 1978. Los “catalanes” se arriesgaban a ser una fuerza irrelevante en Madrid.

El otro factor que desencadenó el proceso soberanista, está unido a éste: CiU tenía demasiados “muertos” en el armario. Muertos económicos, se entiende. Si ya no era un factor decisivo para la gobernabilidad del Estado, esto quería decir que sus dirigentes históricos quedaban “expuestos” a la represión por sus corruptelas. Esto era todo y por esto se desencadenó el soberanismo.

LA GENERALITAT DE LOS MANTEROS

Ahora, como se suele decir, viene “el tío paco con la rebaja”. No sé por qué cuando pienso en los detenidos de hoy y en las protestas, recuerdo que en Madrid hace quince días la policía intentó detener a unos manteros negros en la Puerta del Sol. Vamos a ver ¿cómo carajo pueden entender unos manteros negros que llevan veinte años colocando sus mantas en no importa dónde, que esa actividad es ilegal? La han hecho durante tanto tiempo y sin que nadie se lo impidiera que en su subconsciente colectivo, realizar esta actividad ilegal era tan justo como recibir el subsidio habitual de 426 euros por “estar” y la ayuda de 250 euros por pago de alquiler…

Análogamente, durante 25 años, la Generalidad ha hecho, literalmente, lo que le ha dado la gana en todos los terrenos, ha empleado presupuestos para sus caprichos faraónicos: y hoy, 20 de septiembre, Rajoy les ha dado, inesperadamente, el alto judicial; la Generalitat ha utilizado el dinero público para crear medios de comunicación que comían de su mano, en los últimos siete años, los presupuestos públicos de la Generalitat han tenido partidas que iban en dirección a la promoción del independentismo, en decenas de pueblos catalanes se ha colocado a la entrada y a la salida una bandera que ni es de la Generalitat, ni de Cataluña, ni de nada más que del independentismo y se les ha permitido realizar dos simulacros de referéndum con fondos públicos y preparar un tercero aún más ambicioso, sin que nadie pidiera responsabilidades de nada; los independentistas mismos, a despecho de la realidad sociológica de Cataluña, ya daban por sentado que si había “referendo”, daría un resultado positivo a la independencia, algo que está muy lejos de ser cierto. Cualquier otro resultado no les hubiera satisfecho…

¿Cómo después de tanto tiempo de actuar con las manos libres y de dejación de funciones por parte del Estado, de creerse la Generalitat un “Estado” en sí mismo y actuaba como tal, iba a ahora a aceptar que no era nada más que una “entidad colaboradora” del Estado en la gobernabilidad de la Nación y poco más…? Y eso es lo que la Generalitat no puede soportar: ser tratada en igualdad de condiciones que cualquier otra autonomía. De ahí el “federalismo asimétrico” de Maragall: todos “federados”, pero Cataluña no tan “federada” como La Rioja o Asturias… La Generalitat se había habituado a su “excepcionalidad” en la política española y a que se le tolerasen leyes casi de excepción (lingüísticas sobre todo) y aspiraba a más… Como los manteros, a pesar de estar instalada en interpretaciones de la legalidad cuestionables, se había habituado. Y el problema era que quería más…  

UNA TORMENTA EN UNA PALANGANA

En el momento de escribir estas líneas hay una manifestación de apoyo a los detenidos. En las Ramblas. El problema es que lo esencial del independentismo no está en Barcelona (ahí solamente tienen capacidad de movilización el funcionariado, la gente de ERC está en la periferia y cuesta traerla a BCN y los borrokas organizados son grupos muy modestos en número). Todo parece que va a terminar siendo una tormenta en un vaso de agua.

Hoy, acompañando a un querido amigo que llegaba de Madrid, he tenido que ir por zonas turísticas (Parque de Güell, Sagrada Familia, Tibidabo…). Los efectos del atentado terrorista del pasado 17 de agosto, se perciben claramente: la temporada turística sigue pero se ha registrado un bajón visible de visitantes. Si en esta manifestación o en las que seguirán, se producen incidentes y  se llega a estallidos de violencia o la crisis se exterioriza en los medios de comunicación extranjeros, el turismo se detendrá en seco en BCN: y Barcelona vive hoy, solamente, del turismo. Uno de los escenarios de la próxima novela de Dan Brown es, precisamente, Barcelona y todo induce a pensar que “alguien” (en la Gencat o el Ayuntamiento) han pagado para que este controvertido autor situara la trama en la Ciudad Condal. Es la esperanza que tienen las autoridades catalanas de revitalizar el turismo que este año ha quedado algo tocado por las protestas vecinales y el atentado islamista.

Lo que he visto hoy en Barcelona era indiferencia entre la población: a fin de cuentas ¿a quién le interesa que 14 altos cargos de la Gencat hayan resultado detenidos? A ellos, a sus familiares, a sus estructuras clientelares y poco más… Habrá protestas porque el dontancredismo de Rajoy les ha dejado llegar muy lejos, pero, apostaría a que se tratará de tormentas en vasos de agua o, como máximo, en palanganas. No he visto ni entre los pasajeros de los medios de transporte, ni entre libreros, ni entre taxistas, ni entre en los edificios de la ciudad, ni efusiones de banderas nacionalistas, ni conversaciones sobre las detenciones. Creo que no me había equivocado al pronosticar que tanta insistencia en el asunto del referéndum y durante tanto tiempo, finalmente, terminaría en una indiferencia total de la población… salvo del sector independentista que no es superior al 30–35% del total que corresponde a los porcentajes de población que SÓLO se expresan en catalán.

¡DEJAR DE DAR LA BRASA, PELMAZOS!

En 1934, Companys se sublevó de común acuerdo con los socialistas. Asturias resistió unas semanas, se sabe lo que ocurrió en Cataluña. Esto de ahora es mucho menos dramático. En primer lugar porque el tiempo en el que se formaban naciones ya ha quedado muy atrás (en los años 80). Hoy en ningún país europeo, salvo pequeñas minorías regionales, nadie está por la independencia. Incluso los independentistas flamencos han variado sus planteamientos y otro tanto ha hecho la Lega Nord. Bastantes problemas tiene Europa intentando coordinar docena y media de naciones para que se inicie un proceso de fragmentación a escala continental a partir de Cataluña. Aquí esperamos que no haya tiros, ni más detenidos que los 14 altos cargos que sabían lo que se jugaban y debían de conocer que estaban instalados en la ilegalidad desde el punto de vista del Estado. Se habían creído que Cataluña ya era independiente y que ellos eran la única legalidad. Error de cálculo que pagarán de su bolsillo, porque está claro que Montoro no les  va a dejar pagar con fondos desviados de la Generalitat. Claro está que la justicia es como el timón (“hacia donde se le da, gira”), pero hoy por hoy, no existen condiciones para que borrokas, funcionarios y “gent de poble” funden una nación que nadie, absolutamente nadie en Europa, quiere ver independizada y llamando a las puertas…

La ficción independentista, alimentada incansablemente y desde 2003 en su imaginario colectivo, es que obteniendo el 50’01% en un referéndum (con un 50% de abstenciones más o menos), y frente a un 49’99%... eso ya permitía la creación de una nación independiente. Pobrets. Si para reformar la constitución hacen falta 2/3 de los diputados ¿para crear una nación bastará con un escuálido porcentaje en una consulta electoral que, en el fondo, no es más que la fotografía del electorado en un momento concreto? ¿No es más razonable pensar que una nación nace de un CONSENSO… que en el caso de Cataluña es imposible? La Nación es algo más que esa fotografía electoral y nunca, una nación se ha creado después de un referéndum sino que una nación es un proyecto, una secuencia histórica y un destino. Y el problema del nacionalismo catalán es que su horizonte se termina en la declaración de independencia. Desde Carod Rovira, da la sensación de que lo que venga luego les trae, literalmente al fresco: tanto si esa nueva nación la compra al peso Qatar, como si se convierte en el paraíso fiscal para los negocios de Soros o, lo más probable, pasa a ser en apenas 20 años, el primer país europeo de la Liga Árabe.

La Gencat en su campaña ha intentado demostrar que científicos, gente seria, profesionales reputados, políticos internacionales, grandes nombres de la ciencia y de la cultura, estaban con su proyecto soberanista. Se han llevado un buen chasco. Los apoyos han sido mucho menores de los esperados. Romeva ha podido saludar a una serie de secundones en la política internacional y el único ex de los EEUU con el que ha podido fotografiarse es un decrépito Jimmy Carter del que ya nadie se acuerda. En Europa les ha ido peor y en Cataluña, la recluta de notables ha sido floja. Los medios de comunicación de la Generalitat son seguidos por “gent de poble” y, es, por tanto, en los pueblos en donde hay más acumulación de banderas independentistas. No en Barcelona, desde luego.

VICTIMIZACIÓN SÍ… PERO SIN MERMAS PATRIMONIALES

El nacionalismo catalán siempre se ha movido bien en los terrenos de la victimización. Seguirá así. El problema es que va siendo hora de que el discurso nacionalista que dura ya 40 años, cansa y aburre a los que no somos nacionalistas, dé paso a un discurso mucho más realista y anclado en el siglo XXI. Lo plantearé claramente: el gran enemigo de los “pueblos” (el catalán, el español, el europeo) es la globalización y el mundialismo, y du doctrina de lo políticamente correcto y del “pensamiento único”. Ante estos problemas, los Estados Nacionales actuales ya constituidos son barricadas para cerrar el paso a este adversario y lo son porque poseen estructuras de poder, legislación, servicios de seguridad del Estado, etc. Lo que resulta absurdo es tratar de desmontar estos Estados Nacionales, creando microestados cada uno de los cuales es tan débil que no puede afrontar ni siquiera a sus propios enemigos internos (y al hablar de enemigo interior en Cataluña me estoy refiriendo claramente al radicalismo islámico).

Confundir “democracia” con “referéndum” es la gran trampa que ha planteado el independentismo. Y lo que es peor: ha dado por sentado que esa consulta daría un resultado positivo a la independencia… cuando, como en los referéndums de los años 40–60 en España, la oposición al independentismo no ha tenido acceso en igualdad de condiciones y durante décadas a los medios de comunicación oficiales y cuando durante cuarenta años la generalitat ha tratado de “catalanizar” la sociedad de esta región, la ha tratado de “desespañolizar” y aquí, lo triste es que su único logro ha sido que las nuevas generaciones hablen mal castellano y hablen un mal catalán. Incluso ha logrado lo que parecía imposible, que incluso los jóvenes magrebíes ¡hablen un mal árabe!

Y A TODO ESTO ¿QUÉ PASA CON “ESPAÑA”?

Y ahora vamos a hablar del Estado Español: desde el “café para todos” el Estado Español ha dejado prácticamente de existir. España es la única nación europea que carece de “historia nacional”. Simplemente no se enseña en las escuelas porque en cada autonomía se enseña una historia regional, habitualmente de pa sucat amb oli, como se dice en Cataluña. Y lo que es peor: el Estado Español y sus 17 autonomías están unidas por un único lazo, la corrupción. No lo busquéis, porque no hay otro. De la misma forma que en tiempos de la restauración, lo que unía a este país era el caciquismo, ahora en todas las autonomías –más o menos, que en todo hay grados– la corrupción está presente.

Otro elemento común: en los años 80, se produjo una caída en picado del prestigio y de la calidad de la clase política, desde entonces se han producido dos fenómenos: la brecha entre la España oficial y la España real ha ido ampliándose y el nivel cultural, técnico y moral de la clase política ha ido rebajándose hasta extremos próximos a la indigencia. Y esto ocurre en Cataluña y ocurre en Andalucía, y, por supuesto, ocurre en Madrid. Porque aquí, querido amigos, aquí no se salva ni dios. Este país (España – Cataluña) tiene lo que se merece: un pueblo pusilánime e indolente que ha elegido a una clase política de corruptos, amorales, psicópatas e ignorantes. En el Estado y en la Gencat.

¿Cúmplase la ley? Bien, pero es que se tenía que haber cumplido desde el destrozo de Banca Catalana y cuando se tuvo noticias allá por los 80 de las corruptelas del clan Pujol, incluida la madre superiora, que ya contrataba a inmigrantes ilegales en sus plantaciones de flores de Premiá… ¡cuando casi no había ni siquiera ilegales! De momento hay 14 “pringados” cuyo patrimonio peligra. Su independencia, sus exacciones, su problema... Que no nos compliquen más la vida, ni unos ni otros.

Por Ernesto Milá. Extraído de su blog:
http://infokrisis.blogia.com/2017/092001-detenciones.cat.php